El yogur griego: una fuente de proteína clave para una alimentación saludable
En los últimos años, el yogur griego se ha convertido en un alimento indispensable para quienes buscan una alimentación más equilibrada y rica en nutrientes. Su textura cremosa y su perfil nutricional lo posicionan como una opción saludable frente al yogur tradicional, principalmente por su alto contenido de proteína y bajo nivel de azúcar.
A diferencia del yogur convencional, el griego pasa por un proceso de filtrado más intenso, lo que concentra sus proteínas, reduce la lactosa y elimina aditivos innecesarios. Esto lo hace no solo más nutritivo, sino también más fácil de digerir para personas con intolerancia leve a los lácteos.
Beneficios respaldados por la ciencia
Más allá de su perfil nutricional, estudios recientes respaldan su consumo regular. Investigadores de la Facultad de Medicina de Boston encontraron que consumir al menos dos porciones de yogur griego a la semana puede reducir el riesgo de eventos cardiovasculares en un 21 % en hombres y un 17 % en mujeres, lo que refuerza su papel en una dieta orientada al bienestar general.
FAGE: tradición y nutrición en cada porción
Un ejemplo destacado dentro de esta categoría es el yogur griego FAGE, una marca originaria de Atenas, Grecia, con casi 100 años de historia. FAGE se elabora con leche de alta calidad, cultivos vivos y sin aditivos artificiales, combinando técnicas artesanales con procesos modernos.
La nutrióloga funcional Liz Memun subraya las cualidades de este alimento:
“El yogur griego FAGE, además de ser saciante, es un alimento funcional rico en proteína y calcio que puede contribuir al control de peso por su aporte moderado de calorías. Contiene cinco cepas de probióticos que mejoran la digestión, fortalecen la microbiota y, según estudios recientes, pueden tener beneficios incluso a nivel neurológico”.
Un alimento completo y accesible
El yogur griego también aporta vitamina B12, esencial para el sistema nervioso y la producción de glóbulos rojos. Gracias a su perfil equilibrado —rico en proteína, bajo en azúcar y con beneficios probióticos— se convierte en un aliado ideal para desayunos, snacks o recetas saludables.
En un contexto donde la alimentación consciente gana cada vez más terreno, el yogur griego representa una opción práctica, funcional y sabrosa para incorporar nutrientes esenciales en el día a día.
