El próximo 17 de noviembre, el programa Cimas de la Esperanza, que apoya a supervivientes de cáncer en sus ascensos en alta montaña, celebrará un momento especial: la “Carrera de la Esperanza”. Este evento marcará el cierre de un año de logros para la cuarta generación de participantes y el inicio de su gran desafío final. La carrera comenzará a las 9:00 a.m. desde La Canasta Viva (Río Nazas 126, Colonia Cuauhtémoc) y recorrerá la icónica Avenida Paseo de la Reforma en la Ciudad de México. Durante el evento, se anunciará el lanzamiento de la última y más significativa ascensión del programa.
El evento reunirá a supervivientes de distintos países: participantes mexicanos de Cimas de la Esperanza, franceses de la Fundación Semons l’Espoir y bolivianos de la Fundación Nuestra Esperanza. Este equipo internacional, unido en una “cordada” simbólica, lanzará un potente mensaje al mundo: “¡Hay vida después del cáncer!”
Cada kilómetro recorrido por estos participantes rinde homenaje a su valentía y resiliencia, así como a quienes han perdido la batalla. Más que una prueba de resistencia física, esta carrera es un tributo a la fortaleza interna que los ha impulsado a reconstruir sus vidas y desafiar los límites. Su travesía es un símbolo de superación y una promesa de que, tras la adversidad, es posible encontrar esperanza y nuevas alturas.
La Fundación Emilia y Valeria A.C., impulsora de Cimas de la Esperanza, celebra el valor de estos sobrevivientes y su transformación a través de las montañas. Luego de un año de intenso entrenamiento en las montañas mexicanas, la Carrera de la Esperanza representa el inicio de la recta final hacia la cumbre del Pico de Orizaba, a 5,636 metros sobre el nivel del mar, que los participantes planean conquistar el próximo sábado 23 de noviembre.
Durante este año, la Embajada de Francia ha sido un socio clave para Cimas de la Esperanza, integrando el programa de apoyo a fundaciones en julio de 2024. Con el respaldo de empresas como Malteurop, Crédit Agricole, Louis Dreyfus y el Sofitel, el proyecto ha ganado fuerza y visibilidad. Además, la marca Salomón ha apoyado incondicionalmente a la Fundación durante tres años, acompañando a los participantes en cada cima conquistada.
Cimas de la Esperanza no es solo una iniciativa deportiva; es una celebración de la resiliencia y un testimonio vivo de que la vida continúa después del cáncer.